Bueno - Señor, mi amado Jesús y Salvador, dame las palabras. Quiero orar por los niños de este país. Pero, ¿dónde empiezo? Hay tanta necesidad. ¡Hay tantos niños! Cada uno es especial y amado por ti. Sé que unos viven en hogares donde reciben mucho amor y otros no. Unos te conocen y otros no. Algunos piensan que te conocen y algunos solo piensan que tú eres ese hombre en la cruz que se ven en todos partes.
Pero, Jesús... ERES VIVO. Vives y eres fuerte y presente y ALEGRE - lleno de gozo y ganas de compartir tu amor y tu paz y tu gozo con cada niño que te reciba. Como siempre, todavía dices: «Dejen que los niños vengan a mí. ¡No los detengan! Pues el reino del cielo pertenece a los que son como estos niños». (Mateo 19:14)
Muestrales tu amor y tu gracia... pero sobre todo, muestrales quien eres. Porque si creen que les amas pero que eres un Dios debil, no te van a querer servir. Si creen que moriste pero si no entienden que resucitaste, no van a entender tu poder.
O si creen que eres solo un dibujo o un nombre, nunca te adorarán en espíritu en en verdad. Dejalos verte, Señor.
En tu nombre, Jesús,
Amen
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